Estrés

Los Reyes son los padres

La semana pasada escuchaba discutir a dos niños:

– ¿Que le vas a pedir este año a los Reyes Magos?

– La nueva Wii, una bici, ropa, un balón, la camiseta de Bale…

Casi de forma simultanea otro niño que estaba cerca se reía y les decía con tono altivo:

– ¿Cómo te van a traer tantas cosas? ¿No ves que los reyes son los padres?

Nuestro inocente niño, aún en edad de creer en la magia, cambió el gesto y se enzarzó a discutir como si la vida le fuera en ello.

Supongo que es normal. Más allá del desarrollo cognitivo de un niño de su edad, estoy seguro de que de algún modo comprendía las consecuencias de este descubrimiento.

Sería muy probable que sus padres le trajeran menos regalos, se tomaran menos molestias en la sorpresa o simplemente comenzaran a tratarle de manera mas adulta en algunos aspectos.

Debe de ser estresante.

 

Debo confesar que los argumentos que estaba dando eran de peso, de cierta lógica para un niño de su edad, se notaba que se resistía a creer que sus padres eran unos «farsantes» pese a haber visto suficientes indicios de la verdad. Prefería seguir viendo las cosas como habían sido hasta entonces.

Imaginad por un momento que ese niño hubiese crecido en una burbuja. Que hubiera sido capaz de crecer al margen de toda información relacionada con la «farsa» de los Reyes Magos hasta entrados los cuarenta. Imaginad en las consecuencias al descubrir, tras cuatro décadas, que habían sido sus padres y no unos señores de Oriente los que cada Navidad le traían los regalos.

 

Por suerte, o por desgracia, hoy día eso es imposible y todos, tarde o temprano, acabamos sucumbiendo a la realidad.

 

Pero… ¿y si eso no sucediera?

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