Cuando uno se registra en una red social una de las cosas que suele hacer es hablar sobre sus aficiones, y en mi caso el cine, el fútbol o la informática siempre han sido una constante; pero desde hace unos años añadí una subcategoría de TV llamada Series, aunque es un mundo tan amplio que yo creo que podríamos denominarlo categoría. ¿Y por qué? La respuesta es fácil: Me encanta ver series de TV pero evito en la medida de lo posible tener que seguirlas de acuerdo con los horarios que el canal de turno decide (en algunos casos de forma bastante caótica).
Pero dentro de un mundo tan extenso como el de las Series uno de los momentos más importantes es aquel en el que vas a decidir que serie vas a comenzar a ver. Y por qué es importante… bueno, en algunas ocasiones (cada vez menos) es fácil decantarse por la serie de moda, esa que todos ven y de la que tan bien hablan, pero cuando ya has visto tantas y tantas series la cosa se complica.
Ahora mismo no podría decir el número exacto de Series que he visto, ya que estas suelen estar compuestas por varias temporadas y en algunas ocasiones incluso uno las abandona por el camino sin llegar a terminarlas. Pero este último caso es más extraño, porque si algo tienen las Series es que una vez que las empiezas quieres saber como acaban, aunque con cada capítulo te hagas esa típica pregunta: ¿Por qué la sigo viendo? Al final y a pesar de no estar muy contento con esa Serie, terminas viendo todos los capítulos para finalizar con la típica reflexión: “No, si ya sabía yo que no tenía que haber seguido viéndola”. Por eso, y gracias a la experiencia que uno ha ido adquiriendo, he terminado organizándome a la hora de ver cada serie, escogiendo los mejores momentos para ver las series de calidad y de las que no quiero perderme ningún detalle, y relegando aquellas Series de las que no estoy del todo convencido para cuando menos atención estoy dispuesto a mostrar o no tengo ningún capítulo que ver de alguna gran serie, y estas últimas yo las he definido como “Series para Dormir”: Series “con poca chicha”, normalmente auto conclusivas, de esas que siempre empiezan, desarrollan el caso de turno y terminan de la misma manera; Series en las que la tensión apenas existe o como mucho intentan crearla con el ya manido recurso de los efectos sonoros; Series que te suelen dejar el “regustillo” a “aquí no ha pasado nada”. Pero hay veces que no sabes que tipo de serie tienes entre manos hasta que no has visto varios capítulos.
Una de esas “Series para Dormir” es Battlestar Galáctica (No, no voy a contar nada que vaya a destripar la serie). Era imposible entrar en un foro o blog sobre series y no leer a alguien hablando maravillas sobre esta serie, pero la verdad es que nunca me había llamado la atención y no ocupaba si quiera puesto alguno en aquella (enorme) lista de “pendientes” que todo Seriefilo suele tener. Pero en una de esas charlas que suelo tener con mi hermano Víctor este me animó a que comenzara a verla y al final caí. Al principio, y sobre todo al ver la TV Movie con la que comienza este remake (la serie original es de 1978) reconozco que me quedé sorprendido por no haber visto antes esta serie, pero con la velocidad que devoraba los primeros capítulos, la serie se iba ganando un puesto de honor como “Serie para dormir”. Anoche terminé de ver el último capítulo de la Segunda Temporada (son 4), y de nuevo me volví a preguntar ¿Cómo he podido seguir viéndola? La respuesta es sencilla… a pesar de estar viendo cosas que no me convencían una y otra vez, ese afán por “saber como acaba” ganó la batalla a la razón. Y no solo eso, también me pregunto ¿Como puede estar tan bien valorada esta serie?. Anoche también empecé a ver los primeros minutos e la Tercera Temporada, pero creo que serán los últimos minutos que vea de la Serie.
Unas horas antes había visto el 2×07 de Blue Bloods, otra serie más sobre policías, pero se centra principalmente en una familia en la que todos forman (o han formado) parte del cuerpo. También he metido a esta dentro de ese saco de “Series para dormir”, aunque está entró en él ya desde el primer capítulo. Uno se queda bastante sorprendido de ver como series de este tipo consiguen la renovación automáticamente y otras de mayor calidad son denostadas por las productoras o las cadenas. Blue Bloods es un caso más de serie de fácil digestión que suele omitir muchas escenas y dar las cosas por ocurridas sin habernos mostrado nada. Es una de esas series en las que si te paras a pensar te das cuenta de que no ha pasado nada. Otro caso similar podría ser la recientemente estrenada “Suits”: Basa toda su fuerza en el carisma de sus dos protagonistas pero poco más que decir.
También hay casos opuestos, Series que comencé a ver sin ninguna expectativa y siendo una más de esas “Series para Dormir” y terminé esperando como loco la emisión de nuevo capítulos. Un ejemplo claro de esta es “Justified”: Comenzó siendo una serie autoconclusiva más con un protagonista carismático (Timothy Olyphant), pero pronto se asentó para convertirse en una gran serie con una buena historia central, grandes personajes y regalándonos una Segunda Temporada que me ha dejado con muchas ganas de más.
Aunque no todas las series auto conclusivas son malas y muchos no estarán de acuerdo con mi opinión sobre ellas (solo hay que ver la audiencia y las temporadas que llevan emitiendo series como «CSI», o incluso «El Mentalista») la mayoría se rigen por el mismo patrón, son muy repetitivas y te dejan con la sensación de “esto es lo de siempre”, no suelo seguir muchas series de este tipo, y las pocas que sigo, suelo etiquetarlas directamente como “Serie para Dormir”. Quizás ahora mismo este abusando de este tipo de series, pero por suerte próximamente vuelve la emisión de varias de mis series favoritas.
EdudePrado