¿Por qué me gusta el fútbol?

Intento echar una mirada al pasado para responder a esa pregunta que tantas veces me he hecho: ¿Por qué me gusta el fútbol? A mi padre no le gustaba el fútbol, asique por su parte no existía ninguna influencia en ese sentido, pero aquellos dibujos jóvenes futbolistas y de campos de fútbol kilométricos cuyo nombre es de sobra conocido, cuyas aventuras queríamos revivir en el recreo, quizás fuera una razón suficiente para iniciarme en esto del fútbol.

Sin embargo, yo solo veía el fútbol como un juego  más, no como una afición, y aunque tengo vagos recuerdos de Mundiales y Eurocopas, que en mi casa no se hablara de fútbol no ayudó mucho a que me familiarizara con equipos y jugadores. Solo cuando empecé a pasar más tiempo con mi tío “Pepe” empecé a enterarme de que iba esto del fútbol. Él era del Real Madrid, y a la par que dábamos patadas a un balón, intentaba contagiarme del madridismo que su padre le había contagiado a él. A pesar de sus intentos, yo aún no tenía claro si me gustaba el Real Madrid porque mi tío decía que era el mejor, si me gustaba el Atlético de Madrid porque me habían regalado un banderín o del Barcelona por picar a mi tio.

 

Tuvo que ser mi padre, aquel que pasaba del fútbol, quién el 27 de junio de 1995 me cogía a hombros y me bajaba a la Gran Vía de Salamanca. Yo no entendía que pasaba, solo veía muchas personas donde antes había coches, estas recorrían aquella “calle tan larga” con banderas y bufandas. Entonces le pregunté que era eso y él me contestó: “El Salamanca ha subido a Primera División”.  Fue entonces cuando empecé a interesarme de verdad por el fútbol, y aunque aún no tenía claro cual era mi equipo, comencé a interesarme por conocer a los diferentes equipos y sus jugadores.

Foto Plaza Mayor, Ascenso UDS 94-95

Solo unos pocos meses más tarde entraría por primera vez en un estadio de fútbol. Fue en el Helmántico, en el partido que enfrentaría al Salamanca y al Valencia (4-0), y este es un momento que nunca olvidaré: Subir la rampa de acceso al graderío, ver el césped brillando bajo la luz de los focos y escuchar el rugido de los aficionados  disfrutando de la goleada no es algo que se olvide fácilmente. Después de esta experiencia mi sed de fútbol era mayor, y entonces comenzaría ese ritual de comprar cada año la famosa Guía de la Liga (Aún conservo todos los ejemplares).

 

El Salamanca había descendido solo un año después, y los espectaculares goles de Ronaldo centraron mi interés hacia el Barcelona, pero a mitad de temporada mi tio Pepe y yo nos hicimos socios de la Unión y comencé a interesarme por los dos equipos, sin tener aún muy claro cual era mi equipo de verdad. Pero la respuesta llegaría pronto. En la noche de Reyes de 1998 entré en el Estadio Helmántico con el chándal del Barcelona y el corazón dividido entre dos equipos pero salí de él con una idea clara en mi cabeza: Mi equipo era la Unión Deportiva Salamanca.

 

Desde entonces he vivido grandes momentos siguiendo a la Unión, y aunque la alegría que sentía no era comparable, también me he alegrado con las victorias del Barcelona. En todo este tiempo he visto muchos partidos y a muchos equipos, he disfrutado del fútbol y he invertido gran parte de mi tiempo libre en él, pero últimamente creo que me he desencantado. Es posible que la mala situación de la UDSalamanca y su futuro incierto me haya afectado, pero mientras mi Unionismo sigue presente e incluso me atrevería a decir que es mayor, mi afición por el fútbol en general está disminuyendo peligrosamente.

El fútbol hace tiempo que dejó de ser un deporte para convertirse en un negocio con importantes intereses detrás, eso lo sabemos todos, aunque detrás de cada equipo siempre había una historia y una afición que los diferenciaban de las grandes empresas, pero últimamente, tras escuchar cualquier tertulia deportiva u hojear cualquier periódico deportivo, tengo la sensación de que esto ya no es lo que era. Me da pena ver como desde los medios se intenta manipular la opinión pública para desequilibrar la balanza en favor de un equipo determinado generando polémica donde no la hay, pero es más triste aún ver como esas aficiones entran en ese juego. Está claro que entre dos equipos de fútbol tiene que existir rivalidad, pero creo que, y principalmente refiriéndome a los dos grandes de España, esa rivalidad se ha llevado demasiado lejos, hasta el punto de poner en duda cualquiera hecho relacionado con el fútbol (ya sean arbitrajes, relaciones, etc) y de generar una guerra inexistente entre aficionados. Como ya dije anteriormente, esto está convirtiéndose en todo menos en un deporte, y a veces pienso que se acerca peligrosamente a la política, aunque algunos ya llevan bastante tiempo mezclando fútbol y política). Leer los comentarios sobre una noticia deportiva o una política es casi lo mismo: Se ven claramente diferenciados dos bandos defendiendo su postura desde un punto de vista casi radical, interesándose más en atacar al contrario que por pararse a pensar en la coherencia de lo que se está comentando. En muchos momentos me recuerdan a aquellos famosos “y tu más” del colegio.

 

A veces pienso que ha llegado la hora de pasar del fútbol, de buscarme otro entretenimiento o distracción, pero la verdad es que no puedo. Sí, he reducido considerablemente el número de partidos que veo, pero no puedo. El fútbol me ha acompañado gran parte de mi vida, y aunque actualmente haya muchas cosas de él que no me gustan, siempre hay momentos inolvidables y que te emocionan, y solo por ellos merece la pena. Pero si tuviera que llegar ese día en el que yo dejara de interesarme por el fútbol, ese sería sin ninguna duda el día que la UNIÓN DEPORTIVA SALAMANCA dejará de existir. Ningún Unionista queremos que esto ocurra, muchos tenemos la ilusión de volver a ver jugar a nuestro equipo en Primera División, pero no podemos obviar los momentos tan difíciles por los que atraviesa un club con 89 años de historia. Para mi, ser de la Unión es algo más que ser de un equipo de fútbol, es un Sentimiento, y espero poder seguir sintiéndolo muchos años más, por eso solo pido una #SalvemoslaUDS.